El 24 de noviembre de 2013 se realizarán elecciones
generales en Honduras, en un contexto marcado por las violencias que han
colocado al país como uno de los o el más violento del mundo en una zona que no
está en guerra. Estas violencias están afectando principalmente a las y los
jóvenes y a las mujeres de todas las edades, sea porque se convierten en
víctimas directas perdiendo su vida, enfrentando violencias sexuales, maltratos,
porque sufren la muerte de una o varias personas cercanas o en el mejor de los
casos, logran salvar su vida pero se enfrentan a situaciones de alto riesgo que
las obligan muchas veces, a abandonar sus casas, comunidades o el país, sin
condiciones.
Las elecciones de noviembre 2013 son inéditas. Por
primera vez en la historia de Honduras participarán nueve partidos políticos, ocho
de ellos con candidatos a la presidencia; y solamente una mujer. Cuatro de los
partidos en contienda, han surgido luego del golpe de Estado y representan
posiciones políticas diferentes, desde la ultraderecha y el militarismo hasta
una supuesta izquierda que se organiza y surge con la resistencia contra el
golpe de estado, que a nivel del discurso se ubica en una posición
centro-izquierda aunque en su interior se han aglutinado y mantienen el control
la disidencia del liberalismo, partido que fue parte del golpe.
Aunque han pasado cuatro años desde el golpe de
estado, la polarización social y política se mantiene como resultado también,
de las constantes violaciones a los derechos humanos de la población por el
gobierno.
Según una encuesta, el 73 por ciento de la población
está insatisfecha con la actual democracia, mientras un 59 por ciento considera
que las elecciones serán fraudulentas. Un 80 por ciento de la
población encuestada expresa que votará, cuando generalmente el abstencionismo
ha superado a la población que acude a las urnas. Por esto consideramos que
estas elecciones se realizarán en un contexto difícil, con confrontaciones y
posibles actos de violencia, especialmente en las zonas donde tiene presencia
el partido LIBRE, que aglutina a una buena parte de la resistencia hondureña.
Bien sabemos que en situaciones de conflictos y
confrontación social, las mujeres solemos enfrentar la peor parte y sufrir
mayores niveles de violencias y agresiones; desde la cultura patriarcal los
cuerpos de las mujeres se consideran espacios de disputa, ejercicio de poder y
hasta de calmar furias y sentimientos que los hombres no pueden expresar
directamente al oponente porque éste puede tener una respuesta más agresiva y
dañina.